‘Llaman a la puerta’, un apocalipsis inminente

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¿Salvar a tu familia o a toda la humanidad? Esta es la pregunta que M. Night Shyamalan lanza al espectador con Llaman a la puerta. La nueva película del cineasta de origen indio llegó a los cines esta semana con una historia que promete una experiencia apocalíptica.

“Es el tipo de películas que amo, me atrae porque es una especie de sensación de que estamos separados colectivamente”, dijo M. Night a MILENIO.

“Lo que me interesa es la parte del fin del mundo, pero nuestra respuesta es que nos unimos de una manera tan hermosa que se siente, me conmueven esos momentos en que cada familia está conectada”, agregó el cineasta sobre la esperanza que puede iluminar un apocalipsis.

En esta ocasión, M. Night sigue a una pareja gay y a su pequeña hija en sus vacaciones en el bosque, recién instalados en una cabaña, un grupo de fanáticos religiosos los acecha y trata de convencerlos de que solo ellos pueden salvar al mundo, a cambio de un sacrificio.

La película toma como punto de partida la novela The Cabin at the End of the World, de Paul Tremblay (2018). Con ligeras licencias narrativas, Shyamalan nos introduce en esta historia en la que cada negativa de los elegidos desencadena una plaga mundial.

“Esta familia tiene que tomar una decisión y esa es la presión, tienen que lidiar con las circunstancias, si creen o no que la humanidad necesita ser salvada; es el tema, no puedes tomar la decisión por el otro”, dijo Shyamalan.

En poco más de 100 minutos, el cineasta ubica al espectador en el presente, y reconstruye, a través de flashbacks, la historia de amor entre Andrew y Eric, exponiendo los prejuicios sociales contra la comunidad LGBT+ y la adopción homoparental.

“No pensé en eso –respecto a poner como protagonista a una pareja gay–, es solo una familia y una historia de amor; puede que sea la historia de amor con la que más me relaciono de todas las historias de amor que he contado a lo largo de mi carrera”.

Y agregó: “Hablamos de personas reales y sus géneros realmente son irrelevantes, es una familia y su amor es muy identificable en todos los niveles. Las personas que la han visto han tenido una reacción especial al verse a sí mismas reflejadas en la familia y eso es hermoso”.

Por la comunidad

Los roles de Andrew y Eric cayeron sobre los hombros de Jonathan Groff y Ben Aldridge, actores LGBT+ que han conquistado al público en producciones como Glee y Fleabag, respectivamente. Ambos coinciden en que esta película aporta beneficios a la comunidad.

“Más que una película de terror, es una película de M. Night en la que hay una pareja gay en el centro; crecí viendo sus películas, cuando salí del clóset tenía 23, 15 años después Ben y yo interpretamos a una pareja homosexual con una hija adoptiva”, dijo Groff.

Es un signo de los tiempos actuales; es una historia con un director de cine icónico y tan comercial, lo que significa que mucha gente va a ver esta película”, agregó el actor que ha formado parte de producciones de gran formato como Hamilton y Matrix Resurrecciones.

Ben Aldridge expresó su agradecimiento por “interpretar a otro personaje gay”, antes lo hizo en Spoiler Alert y The Long Call,“siento que hacer esto impulsa la ola de progreso y creo que hay un poder real en términos de representación”, explicó.

Realidad dudosa

Desde El sexto sentido, ha sorprendido al público con un estilo que se sustenta en el cine de género y sus característicos plot twists.

Hay estas conversaciones sobre creer, mientras descubres lo que es verdad al final de la película; esa caída ante la duda es algo que todos experimentamos”, explicó M. Night Shyamalan.

En la historia, la duda la siembra el grupo de cuatro extraños que entran a la cabaña sin ser invitados. Dave Bautista es el guía del grupo, y cada que la familia elegida se niega a tomar una decisión para salvar al mundo, un miembro del grupo muere y se desata una plaga.

“La película mezcla dos géneros: el de invasión de hogares y el del fin del mundo; lo que es realmente interesante acerca de yuxtaponer estos dos géneros es que el protagonista en realidad cambia al antagonista. Es un ejercicio interesante”, dijo.

“Es una película de bajo presupuesto, solo teníamos cierta cantidad de recursos y tiempo, fue muy complicado. Es como las películas que he hecho los últimos ocho años, me he limitado a hacer películas de menor presupuesto”, agregó el director.

Con esta cinta, Dave Bautista amplió su catálogo de películas desde que combinó la lucha libre con su carrera como actor en la serie Smallville en 2006.

El cine como terapia

Dice M. Night Shyamalan que cada encuentro con los medios de comunicación para promocionar sus películas es como ir a terapia, así equilibró su visión del mundo: “Siempre aprendo algo sobre mí, puedo hablar de mis sentimientos y sobre mis preocupaciones”.

“Mis dos primeras películas las hice cuando tenía 21 y 24 años, no podía conectar con el público correctamente por alguna razón, porque solo estaba mostrando un poco de luz y amor; cuando decidí entrar en el género con El sexto sentido todo cambió”, agregó M. Night Shyamalan.

De cierta forma, la oscuridad del cine género equilibró la luz que arrojó con sus primeras películas, “y fue entonces cuando los dos mundos se equilibraron para la audiencia, podía hacer historias muy emotivas y ahora puedo tomar la oscuridad, eso me encanta”, explicó.

Pienso mucho en las cosas oscuras, eso equilibra todo el optimismo que creo que siento en general; se ha quedado conmigo todos estos años desde El sexto sentido, porque coincide con mi personalidad y me permite hablar de una manera más poderosa”, concluyó.

Con información de Milenio