¿O pitcher o cátcher? Pero no ambas.

Comparte esta nota
Me gusta esta nota
+2

Esta semana tuve la oportunidad de platicar con militantes del PAN de Solidaridad sobre la necesidad de que el partido, a nivel local, necesita recobrar los principios que le dieron origen: mantener una congruencia ideológica, encabezar causas ciudadanas, realizar procesos internos democráticos, garantizar una actuación pública congruente y honesta de los servidores públicos emanados de sus filas, entre los prioritarios. Ya que el desvío de tales valores nos aleja, cada vez más de la preferencia ciudadana.

Como recordaran, la vencedora de las pasadas elecciones por la coalición Va por Quintan Roo, fue Lili Campos, quien, en acuerdo político con el líder a nivel estatal, Faustino Uicab acordaron poner, como secretario General del Ayuntamiento, a Juan Novelo, quien a su vez es presidente del Comité Directivo Municipal del PAN, y que profesionalmente está en su derecho de cumplir con dicha encomienda.

Las obligaciones del secretario General del H. Ayuntamiento se encuentran establecidas en el artículo 120 de la Ley de los Municipios del Estado de Quintana Roo, funcionario que por su importancia debe estar disponible 24 horas, ante cualquier eventualidad pública. De manera paralela, sus obligaciones partidarias se encuentran referidas en los estatutos y Reglamentos del PAN, que de igual forma requiere su presencia todo el día, particularmente ante la cercanía del proceso electoral que se avecina. Es decir, el Partido requiere urgentemente de un presidente de tiempo completo, disponible, imparcial y con vocación de servicio, ya que actualmente, según voces de militantes, no lleva a cabos sus responsabilidades partidarias, no acude al partido ni puede atenderlos (ni por teléfono) por encontrarse cumpliendo con sus funciones de servidor público.

Tanto Lili como Novelo deberían saber que, al menos entre la militancia panista, el hecho que un presidente del PAN, dependa jerárquicamente del gobernante en turno genera mucha inquietud y suspicacias, como actualmente está ocurriendo, principalmente por la pérdida de autoridad que se genera, así como por la inequidad entre candidatos, que pudiera gestarse en las próximas elecciones a diputaciones locales, máxime en los distritos IX y X, donde el partido tiene opciones reales de ganar, si es capaz de trabajar bajo principios democráticos.

Con congruencia histórica Juan Novelo debe decidir si desea contribuir al fortalecimiento del PAN, y generar confianza y piso parejo para todos los candidatos, desde una posición de respeto, en su condición de presidente; o por lo contrario seguir siendo secretario del H. Ayuntamiento, como dependiente jerárquico de Lili Campos, pero no ambos. Hay muchas lecciones de historia que ilustran que, en política no se puede ser pitcher y cátcher a la vez; el ejemplo que dio la semana pasada Verónica Pérez Herrera, al renunciar a la diputación local, para continuar solamente como dirigente estatal del PAN en Durango, puede servirles de referencia.

Feliciano Sánchez.

Consultor en Políticas Públicas Municipales